RESEÑA “LA EMPRESA PERDONA UN MOMENTO DE LOCURA” DE RODOLFO SANTANA
Ya que esta semana se celebró el día internacional del trabajador, quisimos reseñar algo que tuviera que ver de alguna manera con ese tema. Por eso, “La empresa perdona un momento del locura” de Rodolfo Santana nos pareció que podía ser un buen texto dramático para reseñar. Santana, a quien tenemos una gran admiración, es el primer dramaturgo que repetimos en nuestras publicaciones, pues la primera obra de la que hablamos fue “Mirando al tendido”, reseña que los invitamos a leer.
Bien, hablando ya de “La empresa perdona un momento de locura”, es un texto escrito en 1974 para un actor que representaría a Orlando y una actriz que representaría a la Psicóloga. El autor no hace ninguna referencia a actos, escenas o cuadros y tiene una extensión promedio de 50 páginas. La obra fue recopilada recientemente por el fondo editorial de la Fundación para la cultura y las artes (FUNDARTE) en una colección de tres tomos dedicados a este autor. Este drama se encuentra específicamente en el tercer libro de esta colección, que han dado en titular “Perdona y otras piezas”.
La descripción del espacio escénico nos ubica en un consultorio de Psicólogo, donde encontramos a la Psicóloga sentada detrás de un escritorio y a Orlando, quien es un obrero, sentado en una silla de visitante. Al iniciar la acción nos enteramos que Orlando ha hecho algo que ha perturbado la tranquilidad de la empresa para la que trabaja. La psicóloga de inmediato comienza a hurgar en el pasado de Orlando para descubrir si estos actos violentos se han repetido anteriormente. Orlando al comienzo los niega, pero poco a poco va reconociendo que en algún momento por exceso de tragos le había faltado el respeto a una chica que estaba cortejando, fuera de eso siempre ha sido un hombre sosegado. La psicóloga, tras la búsqueda de más pistas para conocer la razón de los actos de Orlando sigue hurgando en su mente. Así nos enteramos que vive en un rancho con dos habitaciones de bloque mientras el resto de la casa es de madera y lata; es casado con María Antonia, madre de sus siete hijos, aunque solo seis están vivos y con quien tuvo en algún momento una fuerte discusión porque no quería acostarse con él por miedo a tener más hijos.
También sabremos que Orlando es original de un pueblito llamado Pejugal y que llegó a la ciudad traído por la recluta. Luego de terminar el servicio militar se metió a convivir con Patricia, una mujer que ya tenía cuatro hijos y a la que conoció antes que ha María Antonia. Durante este período la pasó muy mal, dos de los niños murieron de hambre e hizo distintas cosas para poder sobrevivir, llegando al punto de tener que robar. Al llegar a este instante, el autor, planteándolo como una herramienta terapéutica, introduce el metateatro, pues la Psicóloga pide a Orlando que escenifique el momento del robo y represente con detalle cómo fue el instante, asumiendo ella el papel de la víctima. Más adelante la doctora comienza a indagar sobre Antonio, el hijo mayor que en el pasado ha muerto y nos enteramos que el muchacho fue ajusticiado por las policía alegando que era un ladrón de banco, pero que en realidad, según declara Orlado, lo habían matado por sus ideas, porque el muchacho compartía el pensamiento comunistas, con los que él no estaba muy de acuerdo y por los que habían discutido en repetidas oportunidades. La noche posterior al entierro de Antonio, un grupo de hombres con lentes oscuros habían llegado a su casa y con lágrimas en los ojos le repetían que Antonio era un héroe. A la mañana siguiente:
Orlando: “…en varias paredes del barrio aparecieron unos letreros que decían: Antonio Núñez, héroe de la revolución, tu muerte será vengada”
Luego de este recuerdo doloroso para Orlado, la doctora le pide al paciente que represente el día anterior, el momento en que fuera de sí había actuado violentamente en las instalaciones de la empresa.
Al comienzo este se niega, pues no recuerda nada de lo ocurrido, así que la doctora termina describiendo el instante. Narra el momento como Orlando, luego de ver como dos de sus compañeros sufren accidentes laborales frente a las troqueladoras en las que estaban trabajando, toma un martillo y comienza a golpear las máquinas vociferando un discurso comunista y anti capitalista muy parecido al que manejaba su hijo. Él desconoce todo lo narrado por la psicóloga alegando que no recuerda nada de lo ocurrido. Por presión de la doctora finalmente admite recordar algo, pero no de la manera en que ella lo cuenta, pues él nunca ha sido un hombre al que le interesen los temas políticos. Luego de una corta discusión, la doctora llega a una conclusión:
Psicóloga: Usted sufrió un ataque de histeria paranoide debido a una serie de elementos encontrados. Toda su vida está implicada en ello. Pero hay elementos resaltantes que debemos tratar clínicamente para que usted vuelva a ser lo que era.(Pausa corta) Un obrero modelo. El decano de esta empresa, podríamos decir. Es más, no solo deseamos que sea como era antes, sino mejor. (Pausa corta)Pero para ello debemos corregir ciertas fallas en su psique.
A Partir de este momento la Psicóloga inicia una terapia con un muñeco plástico grande, donde pedirá a Orlando que descargue sus frustraciones, alcanzando un desenlace guiado por la doctora en el que todo busca su cauce natural.
P.D: Esperamos leer sus comentarios de nuestras publicaciones para seguir mejorando. Nos leemos la próxima semana.
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