RESEÑA “LA INIMAGINABLE IMAGINACIÓN” DE RAFAEL RODRÍGUEZ RARS
Creemos que todo el que se precie de teatrero o persona de teatro debe darle su merecido puesto al género infantil en el mundo teatral. Es una modalidad que no ha tenido la trascendencia que ha disfrutado el teatro para adultos y esto, imaginamos, se debe a la ausencia en la academia dedicada a la valoración teatral, de niños sentados en las oficinas que evalúan la trascendencia de una obra. Pero como nosotros no somos la academia y nuestra intención es simplemente dar cabida a todos los autores que nos sea posible y de todos los géneros que podamos, vamos a incursionar también en el teatro escrito para niños, que por demás esta decir es una tarea un tanto complicada, pues es un público muy particular al que va dirigido. Es por este motivo que la “Inimaginable Imaginación” de Rafael Rodríguez Rars será la primera de muchas otras reseñas que dedicaremos al interesante mundo del teatro infantil. “La inimaginable imaginación” fue una obra escrita en 1978 y se puede encontrar en la colección “40 autores en busca de un niño. Antología de la dramaturgia infantil venezolana” recopilada y editada por Armando Carias. La obra se encuentra en el segundo tomo y abarca unas 28 páginas. Está ensamblada en un acto único y siete escenas con 11 personajes y una voz en off.
La obra se inicia en una sala del teatro con “una escalera en forma de tijera con cinco peldaños de colores por ambos lados”. Un grupo de actores se preparan para representar la obra “La Inimaginable imaginación” frente al público presente (Metateatro). En esta primera escena conoceremos a Glu Glú un perro parlanchín que es el director de la obra. También conoceremos a Laura, Orejón, Arlequín, Gatica entre otros que se presentaran de forma muy directa, diciendo sus nombres y las responsabilidades que tienen dentro de la obra. Esta primera parte estará acompañada de una canción inicial “Los globos” y que tendrá gran relevancia para el final de la obra. La canción es muy dinámica e incluye al público, quienes desde sus asientos corearan la música mientras juegan con globos de colores, además de apoyarla con una coreografía propuesta por los actores.
Finalizada la primera escena, nos trasladamos a la guarida de Super Olam donde conoceremos a este malvado y sus secuaces Homo Humo y Robotolam quienes miran la televisión al iniciar la segunda escena. Mientras miran la TV, que es descrita por el autor como un retablo, los malos se enteran que en un teatro de la ciudad se va a estar presentando la obra “La inimaginable imaginación”, pero Super Olam como odia la imaginación y todo lo que tenga que ver con ese tema, no puede permitir que esta obra se presente, así que junto a sus secuaces se disfrazaran para no ser reconocidos y se bautizaran como la banda de Al-can-cía, para detener la obra.
Llegamos entonces a la tercera escena, nuevamente en el teatro donde el director Glu-Glu organiza un ensayo con todos los personajes. En este punto conocemos que Orejón es el protagonista y Laura la primera actriz, mientras Arlequín busca desesperadamente la nota Fa que no la encuentra por ninguna parte. Durante el ensayo, en silencio y muy sigilosamente aparece Super Olam disfrazado de Al-can-cía y sus aydantes, quienes llegan atentos para ver la manera en que podrán detener la representación que está a punto de comenzar. De pronto Super Olam con su catalejo logra ver a la distancia que Orejón se acerca montado en una patineta y lo interceptan para secuestrarlo y así poder dañar el ensayo y detener la obra. Sin la menor idea de lo que está pasando, Glu Glú y su equipo de actores entran a escena y se consiguen con la patineta que Orejón debía usar en la obra, así que muy preocupados preguntan al público si han visto a Orejón y el público les contará que ha sido secuestrado por Super Olam y sus malvados colaboradores. Mientras los personajes conversan con los presentes, una llamada telefónica interrumpe las acciones mientras Glu Glú atiende
“Glu Glú: ¿Aló?... ¿Aló?... ¿Quién es?
Super Olam: Soy Al-can-cía, el más pillo de los pillos. Quiero hablar con el director de “La Inimaginable imaginación”.
GluGlú: Soy yo, Glu Glú.
Super Olam: ¡Ah! Eres tú… Escucha pequeño can: a Orejón lo he secuestrado y lo tengo en una silla muy bien amarrado y si no lo crees prende el televisor y pon el canal X-1.”
Al ver a Orejón atado, todos se preocupan mucho y preguntan cuáles son los planes que tienen con él. Los malvados piden un rescate para poder devolver al protagonista de la obra, pero no están interesados en dinero
“Robotolam: Nada de plata. Sólo el libreto de “La inimaginable imaginación”, las cintas de las canciones, los instrumentos musicales, el vestuario, la utilería y la escenografía.
Super Olam: Los voy a quemar. No soporto nada que tenga imaginación. Odio todo lo que termina en ON, como canción, diversión, ilusión y actuación. Dentro de una hora les llamaré para indicarles el sitio exacto donde entregaran el rescate- ¡Ah! Otra cosa muy importante, si le avisan a la policía, no verán a Orejón no de noche ni de día. Cambio y ¡fuera!”
De esta manera los integrantes de la obra comienzan a planificar la manera de rescatar a su protagonista sin que la banda de Al-can-cía le pueda hacer ningún daño y sin perder todos los implementos de la obra. El escrito “La inimaginable imaginación” es un texto que está pensado desde la representación y que al verlo con un poco de atención, lo podemos catalogar más como una guía para una puesta en escena, que como un libreto a los que estamos acostumbrados. Aun así debemos decir que en una puesta bien hecha, este debe ser un espectáculo muy divertido, ya que el público no para de participar a cada momento con canciones y coreografías.
PD: Mañana lunes 27 de marzo se celebra el día internacional del teatro y aquí no dejaremos que pase por debajo de la mesa.
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