RESEÑA “LONGANIZO” DE NÉSTOR CABALLERO

Este texto dramático es el primer monólogo que trabajaremos en nuestro blog. El monólogo es una modalidad de teatro muy común dentro de este arte milenario, que se caracteriza por ser una obra escenificada por un solo actor o actriz. El texto al que dedicaremos esta nueva entrada es “LONGANIZO” de Néstor Caballero (Aragua de Barcelona, estado Anzoátegui, Venezuela, 7 de Julio de 1951) donde el autor plantea un argumento en el que veremos a Simón Bolívar en su último día de vida, pero no retratado como el héroe de cinco naciones, sino por el contrario como un humano, un ser imperfecto.

Longanizo se puede encontrar en la recopilación hecha recientemente por el fondo editorial de la Fundación para la cultura y las artes (FUNDARTE) en un libro titulado “Piezas dispersas” dedicado a Néstor Caballero. El autor no hace ningún tipo de referencia a escenas, cuadros o actos y tiene una extensión aproximada de 16 páginas, siendo escrito para un solo actor como es costumbre en esta modalidad.

Entremos pues en materia. Longanizo plantea los pensamientos que el libertador Simón Bolívar pudo tener el 17 de Diciembre de 1830, día en el que muere en la Quinta San Pedro Alejandrino en Santa Marta, Colombia. La descripción que hace el autor del escenario es muy particular, transmitiendo quizás una imagen surrealista:

“Todo está cubierto de arena. Hay montivulos de diferentes tamaños. Dentro o sobresaliendo de ellas, están los diferentes elementos de utilería”

Inmediatamente el autor nos describe las condiciones del vestuario que utiliza Longanizo (Simón Bolívar) a lo largo de la obra.

“Longanizo lleva puesto una túnica de tela cruda. Tiene amarrado a su cintura un mecate donde cuelgan campanas, Sobre su cabeza un sombrero donde están incrustadas velas encendidas de distintos tamaños” 

 Con esta descripción rápidamente reconocemos que al hombre que vamos a descubrir en las próximas páginas no es para nada el héroe de América, ensalzado en pinturas y retratos. Por el contrario encontraremos a un hombre que podría considerarse un tanto desquiciado. Al iniciar el monólogo Longanizo (Simón Bolívar) se encuentra frente a un caballete con pinceles tratando de escribir una carta a su madre, pero de inmediato suenan unos golpes desde la arena, un ruido muy fuerte que nuestro protagonista manda a callar aclarando que aún no ha terminado su obra. De esta manera, mientras busca las palabras adecuadas para terminar su carta, va viajando por su memoria y comienza con el recuerdo amoroso de su esposa María Teresa, a quien el escritor metaforiza en “una tambora de bordar sujeta a un largo tul. En la tambora podemos ver un rostro de mujer a medio bordar” técnica escénica que nos parece creativa y de muy buen gusto para materializar un recuerdo sobre el escenario. Luego el personaje sigue su viaje en la memoria y recuerda el momento en que en Perú las Limeñas (Mujeres nacidas en Lima, Perú) no quisieron bailar con el general Flores únicamente por ser un Pardo, así que Bolívar (Longanizo) molesto por esta actitud frente a un hombre que lo había dejado todo por liberar aquel pueblo se dirige al general:

[…] General Flores, para mí sería un honor que me invitara a bailar (Transición. Nuevamente como si hablara con María Teresa) ¡Y bailamos, María Teresa!¡El general Flores y yo bailamos![…] ¡Qué carajo se habrán creído esas limeñas (Calmado. Razonando) Despreciar a un general, a un Libertador, a un patriota, por el simple hecho de ser pardo (Furioso) ¡No me jodan!

Más adelante nuestro protagonista se compara con Napoleón y evalúa lo que aquel logró y como fue recordado por la historia. Luego evalúa lo hecho por él y lo poco que imagina le será dado a su memoria. Como era de suponer, en este viaje por la memoria, llega a él el recuerdo de Manuela, a quien con un candelabro de velas negras y unas flores marchitas buscará por el arenal. Al igual que en el caso de María Teresa, el autor invita y simbolizar la presencia de este personaje sobre el escenario con un objeto, así que es un trozo de patilla el elegido por el escritor que representaría la vulva de este personaje tan importante en la vida de Bolívar y tan presente en su sexualidad. Luego nos hablará de Magdalena a quien llama Madamita y que fue la última mujer buscada por él antes de llegar a Santa Marta, por lo que la incluye dentro de sus amores de vida: María Teresa, Manuela y Magdalena. Es importantente rescatar que durante toda esta primera parte, el autor resalta cada cierto tiempo unos ruidos que provienen del arenal y a los que Longanizo (Simón Bolívar) atribuye a la muerte que lo reclama.

Ya próximos al final de la obra, el personaje nos cuenta la anécdota de un pobre hombre. Un demente que llamaban Longanizo, que vivía en la plaza mayor de Bogotá, Colombia y de cómo en los bajos fondos políticos de la época Bolívar era llamado de esa manera a modo de burla. También conoceremos su opinión al imaginar para que será usada su imagen en el futuro y sabremos que termina escribiendo en aquella carta a su madre. LONGANIZO es un documento histórico que nos deja la dramaturgia venezolana sobre un hombre de carne y hueso que sufre, llora, ríe y tiene necesidades como cualquier ser humano, pero que la historia se ha preocupado por idealizado e inmortalizado como un héroe perfecto. Es un texto más que enaltece la memoria de un hombre tan importante en la historia de Sur América como lo es Simón Bolívar, pero con el valor agregado de hacer que el lector sienta a este personaje más cerca de lo que puede sentirse frente a un cuadro de aquellos que tan acostumbrados estamos de ver en este lado del mundo.

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